Durante la Segunda Guerra Mundial y los siguientes años se redujo drásticamente la presencia de la malaria en el mundo debido al control del vector de esta enfermedad, la hembra del mosquito Anopheles spp., mediante la aplicación del insecticida DDT. Además, los protozoos del género Plasmodium causantes de la malaria, las especies P. falciparum, P. vivax, P. malariae, P. ovale, fueron controlados mediante el uso de derivados sintéticos de la quinina.

En 1961 la incidencia estimada de la malaria era de 100000 casos y en 1977 se elevaba a 30 millones, debido a la resistencia que generó el mosquito al DTT y el protozoo a la quinina. La ausencia de un tratamiento eficaz frente a los protozoos productores de la malaria y, en especial, frente a P. falciparum, agente etiológico de la forma más virulenta de la malaria, fue un gran problema durante décadas. La gravedad de la malaria se hizo patente a nivel mundial durante la guerra de Vietnam.

La guerra de Vietnam, también llamada segunda guerra de Indochina, fue un conflicto bélico librado entre 1955 y 1975 para impedir la reunificación de Vietnam bajo un gobierno comunista. En ella participó Vietnam del sur (la República de Vietnam), la cual, con el apoyo de los Estados Unidos y naciones aliadas, luchaba por evitar la implantación de un régimen comunista en Vietnam, contra la guerrilla local del Frente Nacional de Liberación de Vietnam (Viet Cong) y Vietnam del norte (Ejercito de la República democrática de Vietnam), respaldado por la Unión Soviética y China. En ambos bandos la malaria producía más bajas que por la guerra per se. Vietnam del Sur pidió ayuda a su aliado norteamericano, el cual destinó una generosa partida económica al Walter Reed Army Institute of Research y se implicó en la búsqueda de nuevos medicamentos contra la malaria (paludismo). Sus trabajos condujeron a la síntesis de mefloquina, más conocido por su nombre registrado, Lariam®.

Mefloquina es un potente medicamento antipalúdico, pero no está exento de graves inconvenientes, incluyendo pesadillas y cuadros paranoia. En el año 2003, docenas de soldados norteamericanos contrajeron malaria durante su intervención en la Guerra de Liberia, pero rehusaron ser tratados con mefloquina debido a experiencias previas en las que varios soldados que regresaron de Afganistán en el año 2002, que habían tomado el fármaco, asesinaron a sus esposas, circunstancia que se vinculó con alteraciones mentales desencadenadas por la toma del medicamento antipalúdico.

China comenzó oficialmente su programa de investigación para la obtención de medicamentos para controlar la malaria, tras una reunión el 23 de mayo de 1967, denominándose Proyecto 523 (por la fecha, mes 5, día 23).

Los científicos involucrados en el Proyecto 523 siguieron dos vías de investigación: un grupo estudió alrededor de 40000 sustancias químicas con potencial utilidad; otro grupo indagó en la medicina tradicional consultando entre los sanadores rurales acerca de los remedios que usaban para tratar la fiebre.

Una planta herbácea, qinghao aparecía mencionada en las esculturas funerarias del año 168 a.C. (según la datación occidental), con referencias en los manuscritos médicos de los siglos posteriores, entre ellos el «Libro de las Fiebres Estacionales» del año 1786 (según el Calendario Justiniano). Qinghao es el nombre común de Artemisia annua L. (una especie de ajenjo), una hierba de hojas puntiagudas y flores amarillas.

Ya en la década de 1950 los brotes epidémicos de malaria eran tratados en las regiones de China afectadas por las «fiebres estacionales», como se le denominaban, mediante un té elaborado con qinghao.

En el año 1970 se descubrió el principio activo, al que se denominó en principio qinghaosu, y ahora artemisinina. Los primeros ensayos fueron llevados a cabo en unos dos mil infectados de malaria, con espectaculares resultados: la artemisinina mataba al protozoo con una sorprendente rapidez.

Desde el descubrimiento de las potentes propiedades antimaláricas de la artemisinina y sus derivados, se ha estado trabajando para la síntesis orgánica a gran escala del principio activo, una vez conocida la estructura química de la molécula farmacológicamente activa de la planta. La primera síntesis total de la molécula se llevó a cabo en 1983: a partir de isopulegol, la artemisinina se obtuvo en 13 pasos con un rendimiento global del 5%. Desde entonces, varios equipos han llevado a cabo trabajos similares con diferentes vías para la síntesis de artemisinina, pero todos ellos requieren numerosos pasos y tienen un bajo rendimiento (Avery et al., 1992). La síntesis de artemisinina se ha demostrado que no es viable comercialmente. Ninguna de estas síntesis complejas proporciona un método viable para una producción a gran escala de la molécula de artemisinina. Por lo tanto, en la actualidad, su extracción de las plantas de Artemisia annua L. sigue siendo la única fuente de obtención del principio activo.

Referencias

Delabays, N.; Simonnet, X.; Gaudin, M.D.A.D. The genetics of artemisinin content in Artemisia annua L. and the breeding of high yielding cultivars. Current medicinal chemistry. 2001, 8(15): 1795-1801.

Luo, X.D.; Shen, C.C. The chemistry, pharmacology and clinical application of qinghaosu (artemisinin) and its derivatives. Med Res Rev. 1987, 7: 29-52.

McGregor, I.A. The Wellcome Trust History of Tropical Diseases. In: The Wellcome Trus.; 1996, 230-247.

Nussenzweig, R.S.; Log, C.A. Malaria vaccines: multiple targets. Science. 1994, 265: 1381-1383.